De la pequeñez a la grandeza. De la falta de seguridad a jugar de tú a tú. Aun así, los primeros minutos del partido fueron demasiado largos.

Sin perderle la cara al partido en ningún momento, pero, como dicho, la falta de confianza fue el resumen perfecto de los primeros cuartos. Jugamos con miedo tanto en ataque como en defensa, con problemas para anotar, y concediendo canastas fáciles al rival.

En cambio, en la segunda parte, tras quitarnos la pesada mochila del debut en liga vasca, el equipo cogió ritmo, e igualó, tanto en ritmo como en juego, al equipo de Barakaldo. Aun así, la diferencia en el marcador del primer cuarto fue crucial. Al final del primer cuarto -13, al final del partido -13.

Este fin de semana visitaremos a Iraurgi y seguiremos entrenando con ganas de corregir los errores y el deseo de disfrutar de la liga vasca.

Betidanik, betirako … ARABA!